sábado, 27 de agosto de 2011

"Y la nave va"

Pelicula de Federico Fellini, del año 1983, en la que transcurre una historia de 1914, con un fantástico principio mudo que realmente transporta al expectador.

De como un barco fúnebre y lujoso, cargado de admiradores de la mejor cantante de opera, llevan sus restos para cumplir su última voluntad, ser arrojada frente alas costas de su querida isla natal.

La exageración de Fellini, se manifiesta en la cruda comparación y convivencia de por un lado la refinada, burlesca y bizarra burguesía admiradora, que acompañan los restos mortales de la cantante de ópera Edmea Tetua, y por otro lado la vida bajo cubierta de los empleados del barco, en la sala de maquinas por ejemplo, a los que posteriormente se unirán unos refugiados servios que son recogidos por la nave, y son separados de los primeros por su clara situación desfavorable. Todos ellos, ademas de protagonizar insólitas y casi surrealistas situaciones, hallarán un destino común.

Como escena increíble nombro en la que la élite que representan los pasajeros bajan a la sala de maquinas acompañados por el capitán para ser enseñada, y entre el ruido, la envidia, la codicia, y la petición de los trabajadores del submundo, empiezan a cantar opera para su deleite.

Temas como el color del sonido, que una condesa ciega asegura ver al oír, dan mas fuerza visual a esta película llena de momentos musicales.

Momento en el que aparece un rinoceronte dentro de las tripas de la nave. Como si fuese normal y lógico que un rinoceronte estuviese allí, Fellini hace plantear al molesto grupo de pasajeros como a la tripulación el  repentino problema del mal olor de las heces de un rinoceronte en mitad de tan estravagante tarea(la de cumplir la voluntad de Edmea Tetua). Se decide sacar al rinoceronte a un fueraborda para que se airee ya que asegura su cuidador que necesita aire fresco. El rinoceronte vuelve a salir en una reveladora escena en la que se asegura que su leche es buenísima.





Muchos son los elementos que construyen la atmósfera escenográfica, bajo la cual la acción deja envolverse, permitiendo evidenciar que sólo el espíritu de lo que se quiere contar es real.


Se comprueba fácilmente que el gigantesco transatlántico no es más que un decorado ingenioso y detallado, que el mar por el que se navega es una buena combinación de telas y movimiento, que no deja de ser mar por otro lado. Hay un momento genial en el que dos mujeres que contemplan el crepúsculo comentan su belleza comparándola con una maqueta; un comentario inocente pero muy irónico.






Cada camarote es un verdadero cuadro, son dignos de comentar uno por uno, con inquietantes y sorprendentes imágenes colgadas en su interior.


El mérito escenográfico de "Y la nave va", en gran parte se debe al director artístico Dante Ferreti, que creo que es importante nombrarlo. 

Construida de esta manera, la película demuestra la esencia imaginativa del cine, en la que lo ficticio emerge por encima de la realidad, sin para ello tener que representarla de forma imitativa, demostrando de igual modo, o mas aún la visión dramática o metafórica de esta.

Federico Fellini habla de la película después de que esta este terminada, de que lo que en un principio quería hacer se ha disuelto, quedando tan solo la película. Cosa que suele pasar en muchos casos, lo importante es lo que se crea, dejando atras las primeras ideas de lo que se quiere hacer.

FELLINI

Desde luego voy a volver a ver esta película, porque no me habré quedado ni con la mitad de guiños que el director quiso hacer a su público. Personalmente me ha encantado.
un saludo.

viernes, 26 de agosto de 2011

Leyes de la Gestalt.

La percepción es uno de los procesos fundamentales a la hora de analizar imágenes. A lo largo de la historia algunos autores han exagerado dicha importancia hasta convertir el estudio de la forma y la percepción en el único método de acercamiento a la obra de arte. Fueron los psicologos de la escuela de la Gestalt los que marcaron las pautas a seguir basandose en nuestras experiencias estéticas de la psicología del receptor.
Estas pautas se convirtieron en leyes que marcaron un esquema de clasificación de imágenes que es muy útil para componer, pero que no abarcan todo lo que una obra de arte pueda transmitir. Hoy en día debemos tener en cuenta los significados, aspectos culturales y económicos de la época para entender , dentro de su contexto la obra.
Aun así un análisis formal de los elementos físicos de la obra nos puede ayudar a entender su lenguage y a crear cierto orden en la composición.
Las leyes de la Gestalt siguen vigentes hoy en día, pero mas orientadas a la publicidad y al diseño grafico, ya que se basan en ellas para llegar de una manera directa al receptor, en estos casos las composiciones tienen como finalidad vender un producto. Asi que diriamos que esta mejor aplicado al fin publicitario que al arte. Aunque el arte tiene que tener unas bases compositivas, debe ser mas trascendental.

Algunos ejemplos de el uso de las leyes de la Gestalt, o leyes de percepción utilizados en la publicidad:

En esta imagen publicitaria de Burguer King, se ha aplicado perfectamente la ley de la Figura y el Fondo, en la que resalta la amburguesa, que sería la figura, quedando por encima del resto, que sería el fondo.


En esta otra imagen publicitaria, en este caso de la marca Smirnoff, la ley del Camuflage,  señala que un elemento puede estar oculto en otro y tiende a percibirlo como un todo. Este efecto que tiende a homogeneizar la figura y el fondo, es muy usado en la publicidad para incorporar o encubrir elementos, objetos o formas que no son percibidas a simple vista.



En obras de arte, como lo puede ser un cuadro de Dalí, "La Caravela", pintura surrealista, en la que la ley de pregnancia o de la buena forma, alude a que la percepción se organiza del modo mas simple para ser captado. En un primer momento, se perciben elementos sueltos por su detalle, que hacen que el cuadro adquiera significados diferentes, pero que sin la totalidad de estos elementos no habría el mismo significado en conjunto.

Repasando las leyes de la percepción, puede uno agudizar el ojo a la hora del avasallamiento publicitario al que estamos sometidos en nuestra sociedad, pensado para guiarnos mayoritariamente por caminos dirigidos al consumismo.

Un saludo.

jueves, 25 de agosto de 2011

la iconicidad y la abstracción

Este es un tema del que junto a las leyes de la gestalt trato de servirme para analizar las imágenes que capturo o encuentro.
Las imágenes pueden representar cosas que existen en la realidad o cosas que nunca han existido como una entidad real. De ahí podemos comparar el grado de iconicidad o el grado de abstracción. A. Moles realizó una escala para poder clasificar según el grado de iconicidad y abstracción de una imagen. Cuando una imagen tiene el grado de iconicidad muy alto, diremos que es muy parecida a la realidad sin embargo, cuando una imagen tiene el grado de iconicidad muy bajo la abstracción es máxima y por lo tanto es lo mas alejado a la realidad.

"El concepto de iconicidad se refiere al hecho de que una imagen es la imagen de un objeto real. Un símbolo es un signo que retiene en muy poca medida, elementos del objeto que designa; en otros terminos, se le parece muy poco"
A. Moles.

Así que, el grado mas alto de iconicidad de un objeto, lo tiene el objeto en si mismo. Cuanto mas abstracta sea la imagen con repecto al objeto que representa menos íconica es.



“Una fotografía en color es más icónica que una fotografía en blanco y 
negro; un retrato es más icónico que una caricatura .. un mapa o el plano 
de una ciudad son menos icónicos que una fotografía aérea; un esquema, 
un diagrama o un organigrama apenas son icónicos de aquello que 
representan; una fórmula química o matemática o una página escrita son 

todavía menos icónicos, menos semejantes a lo que representan -grado 
cero de iconicidad- (...)"


 Joan Costa, Imagen pública. Una ingeniería social,  Fundesco. Claves de Comunicación Social, Madrid, 
1992, página 65.


Por ejemplo, esta imagen, no deja de tener el nivel de iconicidad alto, ya que visualmente a primera vista, representa lo que es, un trozo de pared dibujada, a pesar de que en un contexto artístico su significado sea otro que el de una mera representación de una parte de un objeto identificable, acercándose a la abstracción. Entonces la escala de iconicidad no abarca todo lo que uno ha querido transmitir, faltaría una explicación dentro del contexto en el que la expongo para que la imagen pueda leerse de manera correcta.

Este ha sido un análisis personal, que me sirve para pensar en el impacto de mi proyecto: rastros, del que he hablado en una entrada anterior; en el impacto que causa o no la imagen que proyecto en la calle, haciéndola implícita en la imagen de calle. De manera que sigue siendo una imagen con un grado de iconicidad alto ya que es una representación realista, y no cambia la mirada del espectador, el transeúnte, de una manera.significativa.

La imagen en si, que presento no puede representar la accion del rastro que me he propuesto, ya que se camufla, pasando a formar parte de una pared totalmente realista sacada de contexto, representando solo el objeto.

Un saludo


miércoles, 24 de agosto de 2011

proyecto personal: EL RASTRO.

Desde hace tiempo, los conceptos de el rastro, el camino, los lugares(sitios donde se acumulan sentimientos) y el cuerpo que camina, han sido puntos claves para mi trabajo personal, y en colectivo (colectivo Caminosos, www.caminosos.com).


El camino potencia los sentidos, en el camino se pueden ver, oir y tocar cosas que no podrías sentir estando quieto por ejemplo.

Vinculo el cuerpo con el dibujo a través del rastro que involuntariamente dejarnos a nuestro paso, porque el dibujo es un modo de expresión muy directa, y que a mi personalmente me satisface.


La “agresión” que nuestros cuerpos dejan a su paso, nos hace pensar en el paso del tiempo, a como esos lugares han sido vividos. La experiencia que dejamos en los lugares a nuestro paso, diferentes cuerpos a diferentes tiempos que se comunican bajo un rastro común.

La forma en la que se desgastan estos espacios comunes aluden a marcas, dibujos que delimitan y generan nuevos espacios espontáneos, que no dejan de crecer, mutan según acumulan con el paso del tiempo. Hay ocasiones que es necesario forzar la mirada para reconocer las señales vitales que han dejado los cuerpos. Mientras caminas, puedes encontrar una barandilla que toma brillo por el roce, los escalones se desgastan, y en los recovecos de la ciudad se acumulan “pistas” sobre lo que se ha vivido en ellos. Este volver la mirada al rastro para indicarlo y dignificarlo es un punto de partida del proyecto, señalando la posible repercusión involuntaria y liosa de los actos que nuestros cuerpos realizan, actos que se transforman en rastros efímeros que vagan por las calles totalmente indefinidos.

La frescura de estos rastros posee un valor que es inigualable e incalculable ya que son siempre únicos, a pesar que para los que los originan, personas que pasan a diario por el mismo lugar este desgaste que revindico sea solamente mierda. 

Me encuentro con que nuestros cuerpos tienen necesidad de hacerse notar con pequeñas huellas o marcando su presencia mediante rastros ante otros cuerpos a pesar de que nos han enseñado desde pequeños a intentar pasar desapercibidos en la medida de lo posible si esto es lo que deseamos. 

Los movimientos que pasan desapercibidos que se ejecutan de manera inconsciente pasan a ser controlados, retornan a nosotros para convertir acciones naturales en actuaciones conscientes y razonadas. 

Es decir, minimizar la cantidad de actos involuntarios haciendo ver que controlamos la mayoría de nuestras acciones naturales animales que no suelen estar ligadas a la sociabilización occidental y a lo políticamente educado. NOS EDUCAN PARA NO DEJAR RASTRO.

Ahora el movimiento cotidiano queda convertido en un gesto artístico. Voy detrás del cuerpo.
No quiero dar forma ni nombre a estos rastros tan solo señalarlos,  hacerlos visibles en contraposición con los rastros anónimos.  Mediante la utilización de una tiza he marcado mi rastro por las calles del centro de Madrid mientras camino. La tiza supone dejar una marca que se deshace a nuestro paso y con el tiempo vuelve a desaparecer, retornando al gesto sin firma. La levedad del material, prácticamente polvo blanco nos remite a la inocencia de la infancia, donde un gesto no traía repercusión alguna. 





Trato la tiza sobre la pared como si esta no fuera a repercutir en nada, ni para bien ni para mal, aunque así lo haga. 



Por lo tanto recurro a la utilización de la tiza para representar de una forma compleja la espontaneidad de los movimientos inconscientes cambiando el medio a mi paso. 
Estos recorridos están centrados en la calle, para que el enfoque callejero invite a que uno pueda apreciar mi posición desde cualquier lugar de su ciudad, conviviendo con la confluencia de rastros de distintos cuerpos cruzados en tiempos diferentes. 


Este proyecto esta actualmente en marcha, y mi intención es continuar reflexionando sobre la actuación del cuerpo en la calle, su rastro, sus restos, sus limitaciones, y su clara y no tan clara visibilidad.

Un saludo.